Meter la pata
En
esta expresión española la “pata” no se configura como la hembra del pato, y
tampoco como la pierna de los animales, pero esta extremidad de su cuerpo tiene
relación con el origen y el sentido de la locución.
En
primer lugar, tenemos que decir que “meter la pata” significa cometer un error,
fallar, aunque muchas veces sin la voluntad de hacerlo. Este matiz de
significado deriva de la caída de un animal en la trampa colocada por un
cazador en la cual había metido la pata. El episodio se consideró un gran
fallo, y desde entonces este fallo ha sido atribuido también a los humanos.
Es
otro tanto probable que la frase derive de una modificación del antiguo dicho “Mentar
a pateta”, es decir nombrar al diablo. Según esta interpretación, cada vez que
metemos la pata, tendríamos que enfadarnos con el diablo porque es su
travesura.
Ponemos un ejemplo
para clarificar el concepto:
Imaginamos que
Javier reencuentra una vieja amiga que no veía desde muchos años, y le dice:
felicidades, me doy cuenta de que estás embarazada, y ella desgraciadamente tiene sobrepeso y no consigue adelgazar. Es evidente que Javier ha metido la pata,
porque no se había enterado de que su gordura procede de un problema que ella
tiene con la comida.
En inglés la expresión
equivalente es “put one's foot in it”, que mantiene el sentido figurado; en
cambio, en italiano lo pierde. De hecho, se dice simplemente “fare una gaffe”.
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