Antes y después

La Puerta de Alcalá siempre ha sido símbolo de la ciudad de Madrid. Aquí dos fotos de cómo era y de cómo es.

Puerta de Alcalá

Madrid siempre estuvo cerrada con murallas y tapias en las que se abrían puertas. De la primera muralla, la árabe, apenas si nos quedan los restos de las puertas de la Sagra y de la Vega. Con los cristianos vendrían la segunda muralla y las puertas de Moros, Cerrada, Guadalajara y Balnadú. Es con Felipe IV, verdadero hacedor de Madrid, cuando llegaría la gran cerca, en la que se practicarían en tiempos posteriores las puertas de Toledo, de Atocha, Conde-Duque o Santa Bárbara, sin olvidar la verdadera y gran puerta de la ciudad y uno de los símbolos de la villa, la Puerta de Alcalá. Esta es la más grandiosa obra de Carlos III, que quería una puerta triunfal para conmemorar su entrada en la ciudad, al tiempo que le diera mayor suntuosidad a los paseos que en ella confluían. Quiso el monarca un arco triunfal y lo tuvo. El arquitecto Francisco Sabatini realizó una obra sin precedentes en toda la arquitectura europea del siglo XVIII.

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